(Sobre elecciones, fraude y sistemas de boletas)
Lo que aparecía como un aprovechamiento político (por parte
de la oposición) del desprolijo trámite electoral tucumano se ha tornado,
aparentemente, en una estrategia de más largo alcance. Veamos:
Existen y han existido maniobras para incidir en el resultado
de las elecciones. Cualquiera que haya estado en actos electivos tiene una gran
posibilidad de haber visto alguna. Desde la entrega del sobre (firmado por las
autoridades de mesa y cerrado) con la boleta elegida, a cambio de plata por el
sobre nuevo y hasta la situación que en una escuela donde el fiscal general del
oficialismo dirije aún a la misma Gendarmería y ordena el comicio a su
antojo. Si quieren tener un ejercicio
permanente y grosero del fraude por parte del peronismo, basta monitorear
cualquier elección sindical (y sin embargo, curiosamente, ningún demócrata ha
denunciado esa costumbre de décadas).
No hay que dejar de lado que estamos hablando de fraude
electoral en un país donde los actuales demócratas ofendidos (o sus partidos),
han visto el fraude institucional de la década del 30 y la proscripción de la
UCR, la proscripción durante 18 años del peronismo y la proscripción política
masiva en golpes de estado y gobiernos militares y ninguno hizo tanto escándalo
ni se sonrojaron demasiado.
Basta solo sacar la cuenta que bajo la Dictadura de
Videla, de 1697 municipios, 301 intendentes eran de la UCR (35%), 169 del PJ
(19,3%), 23 de neoperonistas (2,7%), 109
de los Demócratas Progresistas (12,4%), 94 del MID (frondicismo) (10,7%) 78 de
fuerzas provinciales (8,9%) 16 de la Democracia Cristiana (1,6%) y 4 del P.
Intransigente (0,4%), mientras el Partido Comunista llamaba “sector
nacionalista democrático de las F. Armadas” a Videla -(Orestes Ghioldi).- y el
P. Socialista tenía 3 intendentes y un embajador en Portugal. Estos son los “defensores
de la democracia”, algunos de los cuales ahora se pelean por un fraude, pero
soportaban sin mucho problema a Videla y Cía. y el enorme y masivo fraude del
Proceso.
Es más. En Tucumán, la lista opositora está encabezada por un
radical (Cano) y el ex intendente de la ciudad de Tucumán (Amaya) que se fue
hace meses nomás del Frente para la Victoria porque Cristina impuso a Manzur en
el cargo que él consideraba propio. Es decir, es el mismo que hasta ayer hacía
todas las maniobras de fraude que denuncian como “históricas y normales” en el
PJ tucumano. Y a esto hay que sumarle que el reparto de bolsas de comida es una
costumbre de “todos” los partidos tradicionales de Tucumán (no solo del PJ).
Habiendo puesto en claro que ninguno puede denunciar fraude
sin sentirse aludido y que es algo que han hecho, hacen y harán todos ellos.
Que el fraude y la burla a la voluntad popular no fueron su preocupación
(tienen la misma seriedad que cuando Mirtha -amiga de todos los dictadores-
denuncia al kirchnerismo como una dictadura) y que en realidad esta es una
maniobra porque perdieron y tienen mucho temor a perder. Entonces, pensemos a
que se debe esta insistencia con el fraude.
Porque tampoco es un asunto de boletas. Se denunció fraude en
Salta, donde se votó con la boleta electrónica y las mismas maquinitas de la
elección de Capital. Se denunció fraude en Santa Fe (en manos del Socialismo)
cuando se votó con la boleta única de papel. Es decir, no es el cambio de
método el que garantiza la pureza de un comicio. Con el sistema de boletas
sábanas hay control en cada mesa por los fiscales de cada partido, hay control
en el chequeo entre lo que dice el telegrama y lo que dice el escrutinio final
por los fiscales generales de cada partido (que toman parte de este escrutinio)
y en caso de no coincidir el acta manual de la mesa, el telegrama, lo que
figura en el escrutinio o cualquier acta de un fiscal de cualquier partido
firmada por el presidente de mesa, esa urna se vuelve a abrir. Y pese a todos
los controles, se hace fraude. Y muchas veces la Justicia avala el fraude. Y
todo esto no es un invento ni una exclusividad del peronismo.
¿La pelea es porque suponen que ganaron la elección y se la
robaron? Nooo!!! Hay 14% de diferencia. No hay manera de hacer un fraude que de
semejante diferencia (salvo el “fraude patriótico” de nuestros rectos militares
del 30). No en nuestros tiempos, algo logramos de democracia. Y ¿entonces? para
qué tanto lío.
Por la misma razón que se hizo una feroz campaña por corrupto
y nazi (¡¡en el 52!!) a Perón, se le tiraban tortugas a Illia, se promovieron
saqueos en el 89 (sin dejar de lado que la política de Alfonsín dio las bases
necesarias para que ocurrieran) o se le hizo una corrida cambiaria a Cristina
al mes de ganar por el 67% de los votos. Cuando un sector importante de los
grandes empresarios quiere cambiar las reglas del juego y no puede hacerlo
mediante los partidos que le son adictos a través de los votos, busca otra
manera. Antes era golpeando las puertas de los cuarteles. Ahora promoviendo
corridas cambiarias, mediante campañas de prensa y todo tipo de maniobra que desestabilice
al gobierno que no les gusta.
¿Esto significa que el kirchnerismo representa a los
trabajadores? No!!!!!! Representa a otro sector de los grandes empresarios. Por
eso este Día de la Industria va a haber dos actos. Porque no hay unidad entre
los capos de la economía argentina. Hay un importante sector que, aunque ganó
plata en estos diez años, piensa que puede ganar más. Hay un sector que opina
que el Gobierno no sirve para disciplinar a la población.
Después del “que se vayan todos”, la movilización masiva y el
repudio a la clase política hicieron que se necesitara un gobierno más “progre”
para lograr que la gente vuelva a confiar en los políticos. Y Kirchner cumplió acabadamente
su rol. Pero ya está. Ahora es necesario (para acomodarse a la crisis mundial y
seguir ganando sus fortunas) que el Gobierno baje salarios, recorte subsidios y
apriete el cinturón, como siempre, a los de abajo. ¿El Gobierno de Scioli no
está dispuesto a hacerlo? Si!!!. Pero el empresariado quiere a alguien más
confiable y más dócil a sus requerimientos.
Por eso va a continuar la campaña para desprestigiar el futuro
Gobierno (la propia campaña es una confesión que se ven perdidosos, si no, no
tendría sentido) y después van a continuar las corridas bancarias, la presión
para bajar los salarios y apretar al pueblo.
¿No hay que denunciar el fraude? Sí, porque existe y siempre
existió. ¿La solución es votar a Scioli? Nooo!!! Porque Scioli no va a
enfrentar a los empresarios y va a tratar de hacer buena letra aplicando el
ajuste. El problema es que un sector del empresariado ya no confía en que pueda
hacerlo.
Lo que si hay que hacer es no creerle a estos políticos que
siempre estuvieron metidos en las maniobras de manejar las votaciones, que
acompañaron callada y gustosamente (ellos o sus partidos) a las dictaduras y al
desguace menemista, cuando se golpean el pecho como víctimas inocentes del
fraude porque esta vez dicen que están atentando contra la democracia.
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