martes, 1 de septiembre de 2015

La estrategia del fraude



(Sobre elecciones, fraude y sistemas de boletas)


Lo que aparecía como un aprovechamiento político (por parte de la oposición) del desprolijo trámite electoral tucumano se ha tornado, aparentemente, en una estrategia de más largo alcance.  Veamos:

Existen y han existido maniobras para incidir en el resultado de las elecciones. Cualquiera que haya estado en actos electivos tiene una gran posibilidad de haber visto alguna. Desde la entrega del sobre (firmado por las autoridades de mesa y cerrado) con la boleta elegida, a cambio de plata por el sobre nuevo y hasta la situación que en una escuela donde el fiscal general del oficialismo dirije aún a la misma Gendarmería y ordena el comicio a su antojo.  Si quieren tener un ejercicio permanente y grosero del fraude por parte del peronismo, basta monitorear cualquier elección sindical (y sin embargo, curiosamente, ningún demócrata ha denunciado esa costumbre de décadas).

No hay que dejar de lado que estamos hablando de fraude electoral en un país donde los actuales demócratas ofendidos (o sus partidos), han visto el fraude institucional de la década del 30 y la proscripción de la UCR, la proscripción durante 18 años del peronismo y la proscripción política masiva en golpes de estado y gobiernos militares y ninguno hizo tanto escándalo ni se sonrojaron demasiado. 

Basta solo sacar la cuenta que bajo la Dictadura de Videla, de 1697 municipios, 301 intendentes eran de la UCR (35%), 169 del PJ (19,3%), 23 de neoperonistas (2,7%),  109 de los Demócratas Progresistas (12,4%), 94 del MID (frondicismo) (10,7%) 78 de fuerzas provinciales (8,9%) 16 de la Democracia Cristiana (1,6%) y 4 del P. Intransigente (0,4%), mientras el Partido Comunista llamaba “sector nacionalista democrático de las F. Armadas” a Videla -(Orestes Ghioldi).- y el P. Socialista tenía 3 intendentes y un embajador en Portugal. Estos son los “defensores de la democracia”, algunos de los cuales ahora se pelean por un fraude, pero soportaban sin mucho problema a Videla y Cía. y el enorme y masivo fraude del Proceso.

Es más. En Tucumán, la lista opositora está encabezada por un radical (Cano) y el ex intendente de la ciudad de Tucumán (Amaya) que se fue hace meses nomás del Frente para la Victoria porque Cristina impuso a Manzur en el cargo que él consideraba propio. Es decir, es el mismo que hasta ayer hacía todas las maniobras de fraude que denuncian como “históricas y normales” en el PJ tucumano. Y a esto hay que sumarle que el reparto de bolsas de comida es una costumbre de “todos” los partidos tradicionales de Tucumán (no solo del PJ).

Habiendo puesto en claro que ninguno puede denunciar fraude sin sentirse aludido y que es algo que han hecho, hacen y harán todos ellos. Que el fraude y la burla a la voluntad popular no fueron su preocupación (tienen la misma seriedad que cuando Mirtha -amiga de todos los dictadores- denuncia al kirchnerismo como una dictadura) y que en realidad esta es una maniobra porque perdieron y tienen mucho temor a perder. Entonces, pensemos a que se debe esta insistencia con el fraude.

Porque tampoco es un asunto de boletas. Se denunció fraude en Salta, donde se votó con la boleta electrónica y las mismas maquinitas de la elección de Capital. Se denunció fraude en Santa Fe (en manos del Socialismo) cuando se votó con la boleta única de papel. Es decir, no es el cambio de método el que garantiza la pureza de un comicio. Con el sistema de boletas sábanas hay control en cada mesa por los fiscales de cada partido, hay control en el chequeo entre lo que dice el telegrama y lo que dice el escrutinio final por los fiscales generales de cada partido (que toman parte de este escrutinio) y en caso de no coincidir el acta manual de la mesa, el telegrama, lo que figura en el escrutinio o cualquier acta de un fiscal de cualquier partido firmada por el presidente de mesa, esa urna se vuelve a abrir. Y pese a todos los controles, se hace fraude. Y muchas veces la Justicia avala el fraude. Y todo esto no es un invento ni una exclusividad del peronismo.

¿La pelea es porque suponen que ganaron la elección y se la robaron? Nooo!!! Hay 14% de diferencia. No hay manera de hacer un fraude que de semejante diferencia (salvo el “fraude patriótico” de nuestros rectos militares del 30). No en nuestros tiempos, algo logramos de democracia. Y ¿entonces? para qué tanto lío. 

Por la misma razón que se hizo una feroz campaña por corrupto y nazi (¡¡en el 52!!) a Perón, se le tiraban tortugas a Illia, se promovieron saqueos en el 89 (sin dejar de lado que la política de Alfonsín dio las bases necesarias para que ocurrieran) o se le hizo una corrida cambiaria a Cristina al mes de ganar por el 67% de los votos. Cuando un sector importante de los grandes empresarios quiere cambiar las reglas del juego y no puede hacerlo mediante los partidos que le son adictos a través de los votos, busca otra manera. Antes era golpeando las puertas de los cuarteles. Ahora promoviendo corridas cambiarias, mediante campañas de prensa y todo tipo de maniobra que desestabilice al gobierno que no les gusta.

¿Esto significa que el kirchnerismo representa a los trabajadores? No!!!!!! Representa a otro sector de los grandes empresarios. Por eso este Día de la Industria va a haber dos actos. Porque no hay unidad entre los capos de la economía argentina. Hay un importante sector que, aunque ganó plata en estos diez años, piensa que puede ganar más. Hay un sector que opina que el Gobierno no sirve para disciplinar a la población.

Después del “que se vayan todos”, la movilización masiva y el repudio a la clase política hicieron que se necesitara un gobierno más “progre” para lograr que la gente vuelva a confiar en los políticos. Y Kirchner cumplió acabadamente su rol. Pero ya está. Ahora es necesario (para acomodarse a la crisis mundial y seguir ganando sus fortunas) que el Gobierno baje salarios, recorte subsidios y apriete el cinturón, como siempre, a los de abajo. ¿El Gobierno de Scioli no está dispuesto a hacerlo? Si!!!. Pero el empresariado quiere a alguien más confiable y más dócil a sus requerimientos. 
  
Por eso va a continuar la campaña para desprestigiar el futuro Gobierno (la propia campaña es una confesión que se ven perdidosos, si no, no tendría sentido) y después van a continuar las corridas bancarias, la presión para bajar los salarios y apretar al pueblo.

¿No hay que denunciar el fraude? Sí, porque existe y siempre existió. ¿La solución es votar a Scioli? Nooo!!! Porque Scioli no va a enfrentar a los empresarios y va a tratar de hacer buena letra aplicando el ajuste. El problema es que un sector del empresariado ya no confía en que pueda hacerlo.

Lo que si hay que hacer es no creerle a estos políticos que siempre estuvieron metidos en las maniobras de manejar las votaciones, que acompañaron callada y gustosamente (ellos o sus partidos) a las dictaduras y al desguace menemista, cuando se golpean el pecho como víctimas inocentes del fraude porque esta vez dicen que están atentando contra la democracia.
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