martes, 20 de noviembre de 2012

¿Que pasó con el paro?

Está trascurriendo la tarde del 20N (de acuerdo a la moderna denominación de fechas en boga en Argentina) y las fotos y relatos dejan entrever que el paro de actividades fue muy importante. ¿Lo fue porque se adhirieron muchos gremios? No, no es la base de su éxito. Los gremios que se adhirieron no fueron los más importantes ni los más numerosos. En realidad, este paro dista mucho de los paros tradicionales donde el peso estaba en la paralización de los sectores por los delegados de sector o en las movilizaciones masivas. Este no se basó en lo uno ni en lo otro e incluso los piquetes, o al menos varios de ellos, fueron bastante exiguos. ¿Entonces?
El Gobierno dijo que el paro fue más piquete que paro. “Es un reclamo político que tiene que ver con planteos políticos personales", indicó Amado Boudou. Florencio Randazzo dijo por Radio La Red que es “un paro extorsivo y alejado de los intereses de los trabajadores".  Y creo que en algo tiene tazón, fue un paro más político que gremial. Pero eso no desmerece si no que le da más luz y claridad al paro y exige más aún que el Gobierno le preste atención. Fue casi, casi una continuidad del cacerolazo y marcha del 8N.

La inusual postal del centro porteño por la huelga

Foto de Infobae.com.ar


Esta es una foto del Obelisco a las 10:30 hs (vean la sombra). Menos gente que un feriado. Una amiga (kirchnerista) cuenta que en Pergamino están abiertos los Bancos, tiendas, almacenes y oficinas. Pero no hay nadie en las calles ni comprando ni haciendo operaciones bancarias. Los supuestos piquetes se encontraron que no tenían a casi nadie a quien parar.
Creo, nuevamente, que es una expresión de la “democracia de a pie”. La gente expresó su descontento. No creo que solo contra el Gobierno. Aprovechó la ocasión para expresar su silenciosa bronca contra la inseguridad, contra la inflación, contra cada una de las cuestionen que no les gusta de la realidad. Algunos contra el Gobierno, algunos contra los políticos en general. 
Y también esto se sintió en los gremios. Ni la burocracia de la UTA ni la de  Ferroviarios acató el paro y, sin embargo, no hubo transportes. Los liderazgos también están cuestionados en el sindicalismo. Además los reclamos eran esencialmente correctos.
 
A nadie le importó y en realidad no importa quien llamó al paro. Todos los políticos, sindicalistas y cualquier dirigente (salvo excepciones) sufren del descrédito de la gente. Les da lo mismo el Momo Venegas que el “buchón” de Martinez,  Micheli que Yansky o Moyano que Caló. A ninguno lo siente como propio, como su representante.  Es que, en realidad, todos están muy alejados del sentir de la gente, sean del oficialismo o de la oposición.
Harían mal los convocantes del paro a arrogarse ellos el éxito como haría mal el Gobierno en no oír el sordo reclamo que viene anunciando la bronca creciente. ¿La gente rompió con Cristina? No, no creo. Ni lo va a hacer a menos que tenga algo mejor para reemplazarla y eso, por ahora, ni pinta por el horizonte. Pero no es aconsejable que el Gobierno descanse en ese presupuesto. Es muy pobre.
Es un paro muy político, tal como la realidad esta siendo últimamente. Y la respuesta a estas acciones políticas, solo puede darse con política. Ni con ninguneo, ni con prepotencia ni con aparataje. La gente, ya lo demostró, esta al acecho en esta especie de tironeo entre las masas y el poder. Y no está dispuesta a no ser escuchada.

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