miércoles, 29 de mayo de 2013

Para abrir un debate






Esto, más que un artículo, intenta ser la apertura de un debate. Espero que puedan aportar daros que no manejo totalmente para ver si la tesis que elaboré tiene cierto asidero.

Hay un hecho cierto que he reiterado varias veces y que es fácilmente constatable: la Sociedad Rural ha dejado de ser el sector fundamental y dirigente del bloque de clase dominante en la Argentina. Para ser más claros. Desde el 30, los ganaderos coparon, con Rosas, el poder en nuestro país tomándolos del bloque mercantil porteño en crisis. El país tal como había sido ideado por los revolucionarios de Mayo estalló, esa es la crisis del 20 y la anarquía posterior. Con Rosas y el surgimiento de los saladeros, la organización de las estancias y el alambrado, surge un sector nuevo, dinámico (a su manera bárbara de producción) que, con el poder de exportación y el dominio del Puerto y la Aduana, organiza el poder y el país a su forma y se divide en pocas manos la Pampa Húmeda de la Provincia de Buenos Aires. La Ganadería se extiende al interior.

Posteriormente en el 80 se masacra a los indios y se vuelven a repartir en pocas manos las inmensas extensiones conquistadas para la producción. Se expande la agricultura y se industrializa la producción de carnes. Este sector, más allá de sus ligazones con los trusts financieros y (crisis y guerra mediante) financiando o convirtiéndose a la vez en industrial, se mantiene restringido, concentrándose en pocas manos, con enormes latifundios y con un cariz conservador, poco dinámico y medrador de las riquezas que posee más que fuente de desarrollo.

La pregunta es: Con la división de las familias que fueron partiendo los latifundios, con la irrupción de un nuevo tipo de estructura capitalista para el campo (pools de siembra) mucho más dinámica que el terrateniente o la burguesía ganadera (en franco retroceso), con la extranjerización del negocio agrario, con la expansión de las áreas de siembra y la arrolladora inclusión de la tecnología verde ¿No ha cambiado nuestra clase dominante? ¿No ha dejado de ser la parásita y quedantista clase que vivía de la renta o de la arcaica producción ganadera para pasar a ser una clase más ligada a la producción en gran escala, más pendiente del mercado mundial, más interesada en el desarrollo y a la vez más diseminada y abierta, menos esclerosada?

¿Es el kirchnerismo la expresión de esta clase? No porque olvide los negociados de los servicios, la minería y el petróleo. No porque intente lavarle la cara, si no porque esto daría un carácter distinto (no de menor rapiña ni menos extranjerizante), si no distinto, más capitalista ( en el sentido más puro del término). Quizá eso sea, en última instancia la explicación que estemos ante la posibilidad de una cosecha de 100 millones de toneladas, algo que la estructura de la oligarquía terrateniente jamás hubiera podido lograr.
     
     Si alguien tiene aportes u opiniones sobre el tema, bienvenidos.




2 comentarios:

  1. No encontré todavía una historia sobre la composición de clase de la oligarquía argentina, que es lo que me parece estás buscando. Sí vi un par de artículos interesantes que se refieren a la renta de la burquesía agraria y su capitalización. Los pequeños y medianos productores (que fueron la parte más activa en el conflicto con el gobierno) reclamaban una parte de la plusvalía volcada íntegramente a los pooles de siembra. Pero en lugar de atacar a la moderna producción agraria capitalista, reaccionaron contra el aumento de retenciones y se encolumnaron detrás del programa de la Sociedad Rural. El artículo de Eduardo Sartelli (un especialista en la cuestión agraria desde el punto de vista marxista) da cuenta de estas relaciones y conflictos de clase, poniendo sobre el tapete la crisis económica que se avizoraba en la Argentina durante el 2008 y que ya se ha evidenciado desde hace dos años.
    Lo interesante de este artículo es también la comparación que establece entre la percepción de esa renta por parte del kirchnerismo y de otros gobiernos como el menemismo e incluso la Dictadura que han retenido más del doble.

    http://www.razonyrevolucion.org/textos/convidadosaromo42.pdf

    Agregaría que los diez últimos años muestran una transformación impresionante en el Campo. Al aumento de la maquinaria agraria que corrió paralelo con la expulsión de los peones rurales hacia las ciudades, se sumó el auge de la soja como cultivo formidable de una acumulación capitalista con una altísima tasa de ganancia y baja inversión que garantizó que los cultivos tradicionales y la carne cayeran en picada, abandonando la producción o directamente pasando a ser socios de los pooles de siembra.
    La demanda mundial y sostenida de estos commoditities como fuente de riqueza e incluso de refugio frente a crisis (la burbuja cerealera) fue una de las claves del éxito económico del kirchnerismo.
    El gobierno permitió y alentó la sojización y el arrendamiento masivo desde que asumió. También favoreció a los terratenientes con un dolar altísimo (que ahora se ha devaluado) y con la pesificación de las deudas del campo. Saludos.

    Gus4390

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  2. Gus. He leído tu respuesta y el artículo, el cual, a la vista del tiempo trascurrido y del cambio de política realizado por el Gobierno que llevó a trocar la protesta masiva en más del 50% de los votos aún en zonas rurales (Dominguezs mediante), estratificando los gravámenes y por lo tanto aislando a los pequeños productores de la Sociedad Rural (la cual quedó bastante pobre de respuesta), habría que repensarlo. En realidad mi interés es más sobre la estructura de producción que, aparentemente dejó de ser el terrateniente agrario rentista o el latifundista de producción extensiva, para pasar, con el agregado de la tecnología que se aplicó, a una producción más en serie, más ligada al mercado mundial y más en sintonía con una demanda creciente. Por eso las vacas y el maíz retrocedieron ante la soja con un sistema de integración empresarial mucho más dinámico que la oligarquía con olor a bosta que denunciaba Sarmiento. Acá se aplica un interés creciente de producción que elevó diez veces la capacidad de tonelaje de cada cosecha. Esa no es la provinciana, retrógrada, arcaica, quedantista y conservadora burguesía rural que dió base al plan de Martinez de Hoz. No en balde, por primera vez en 170 años, los terratenientes de la Sociedad Rural están en la oposición (salvo el brevísimo lapso de la presidencia de Cámpora). Y ese sector dinámico necesita maquinaria agrícola, automotores, siderurgia y otras industrias que son las que han crecido. Que la Sociedad rural esté en la oposición no significa que el campo lo esté. El propio redactor de La Nación rural plantea el cambio de propiedad de la tierra y los nuevos productores. Por ejemplo hoy, Santa Fé o Córdoba producen más soja que Buenos Aires y se han incorporado a la producción zonas nuevas de a millares de hectáreas. Los pequeños propietarios se han vuelto rentistas y los que desarrollan los pools de siembra no son ni los Anchorena ni los Menendez Betty ni los Fortabat y no se nuclean en la Sociedad Rural.

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