martes, 31 de diciembre de 2013

La luz, las ausencias y el fin del Carnaval


  
            Se termina el año y se terminan las burbujas. Como cuando se cierra el baile de Carnaval, todos se sacaron las máscaras y uno empieza a ver quién es quién. Y, por si hiciera falta, por si lo de Milani, por si el anuncio de ajuste de tarifas de colectivo y los aumentos del Inmobiliario Urbano (sin tocar a los pobres terratenientes de la Mesa de Enlace y sus amigos), el llamado a un tope del 18% de aumento de salarios (después de dar un 300% a algunas Policías que defendieron sus quiosquitos de narco y trata). Si todo eso no nos hubiera puesto en autos de quienes son nuestros dirigentes, el apagón echó luz sobre el tema (contradictorio pero cierto).

            Hace ya tres o cuatro semanas que las principales ciudades tienen cortes reiterados y prolongados de luz en varias zonas. Sin luz significa, en la mayor parte de las veces, sin agua. Y con térmicas que rondan los 38° de calor. Creo que nada se parece más a una catástrofe que esto. No es una catástrofe natural, pero es evidentemente una catástrofe que incluye dramas humanos de no tener comida fresca, de no tener ascensores para personas imposibilitadas, niños o ancianos, de no tener cadena de frío para remedios, de no tener agua para tomar y de no tener con qué paliar las altas temperaturas. ¿Alguien hizo algo?

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

            Y ese nadie abarca a kirchneristas, radicales, Macri, Binner, De la Sota y compañía. Nadie movió un dedo salvo para decir, imitando a Bart Simpson =    “Yo no fui”

            Es evidente que el Gobierno, después de diez años es responsable ineludible de este esperpento de política energética. Es indudable que, con un mínimo de recato ético, De Vido tendría que iniciar una larga columna de renunciantes por ineptitud y complicidad con el saqueo que hicieron las privadas, igual historia que ya había pasado con Aerolíneas, YPF y los trenes. Pero además, el Gobierno es responsable por incapacidad de respuesta. ¿Puso acaso a los funcionarios, a los servicios de emergencia, al Ejército en campaña para resolver las individuales y pequeñas pero dramáticas y extendidas tragedias que esto dejó? ¿No tendría que haber actuado como si hubiera habido un terremoto o un huracán?

            Pero no podemos quedarnos allí, porque tampoco hizo algo de esto Macri en Capital, Binner en Santa Fé, De la Sota en Córdoba, ni ningún intendente en ninguno de cualquiera de los municipios afectados. Toda la clase política volvió a mostrar la absoluta despreocupación por los pesares y padecimientos de sus votantes y ciudadanos. Lo de Daniel Cameron (Secretario de Energía) jugando al golf o lo de Macri de vacaciones en Bariloche son solo dos muestras del conjunto.

            Una sensación parecida a esta llevó a la gente al “que se vayan todos”. Espero que ahora logre una salida por la positiva para que esta vergüenza nacional no se repita



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